sábado, 16 de abril de 2016

Funcionalismo Estructural
Robert Nisbet señaló que el funcionalismo estructural ha sido, “sin lugar a dudas, el cuerpo de teoría más relevante de las ciencias sociales del presente siglo.” (Citado en Turner y Maryanski, 1979: xi). Kingsley Dabis (1959) adoptó el punto de vista de  que el funcionalismo estructural se había convertido virtualmente en un sinónimo de la sociología. Alvin Gouldner (1970) adoptó implícitamente  una perspectiva similar cuando atacó la sociología occidental a través de su análisis crítico de las teorías estructural-funcionalistas de Talcott Parsons.
A pesar de la indiscutible hegemonía  que ostentó durante las dos décadas posteriores a la segunda Guerra Mundial, el funcionalismo estructural ha perdido importancia como teoría sociológica. Incluso Wilbert Moore, quien estuvo estrechamente relacionado con esta teoría, señalo que se había “convertido en un estorbo para la sociología contemporánea” (1978). Y dos observadores declararon “por tanto tenemos la sensación de que el funcionalismo ha muerto, y de que todos los esfuerzos que utilizan en el funcionalismo como explicación teórica deben de abandonarse en favor de perspectivas teóricas más prometedoras”. Nicholas Demerath y Richard Peterson (1967) defendieron un punto de vista más positivo  y señalaron que el  funcionalismo estructural  no había sido una moda pasajera. Admitieron que del mismo modo que el funcionalismo se derivó  del antiguo organicismo, probablemente se desarrollaría hasta convertirse en otra teoría sociológica. El surgimiento del neoliberalismo  parece que apoya más la postura de Demerath y Peterson que la perspectiva más negativa de Tuner y Maryanski.
El funcionalismo estructural no es necesario usar los términos estructural y funcional  conjuntamente, aunque típicamente aparecen juntos. Podemos estudiar las estructuras de la sociedad sin atender a las funciones que realizan para otras estructuras. Así mismo se pueden examinar las funciones de varios procesos sociales  que pueden no adoptar una forma estructural. Con todo, la preocupación por amos elementos caracteriza al funcionalismo estructural. Aunque el funcionalismo estructural adopte varias formas, el funcionalismo societal  es el enfoque dominante entre los funcionalistas estructurales de la sociología. La principal preocupación del funcinalismo societal son las grandes estructuras e instituciones sociales de la sociedad, sus interrelaciones su influencia constrictora en los actores.




LA TEORÍA FUNCIONALISTA DE LA ESTRATIFICACIÓN
La teoría funcionalista de la estratificación que desarrollaron Kingsley y Davis y Wilbert Moore (1945), es, quizá, el trabajo más conocido de teoría estructural funcional. Davis y Moore especificaron con claridad que consideraban la estratificación social como algo universal y necesario. Consideran que ninguna sociedad podría existir sin estratificación, o sin clases. La estratificación era, desde su punto de vista, una necesidad funcional. Toda sociedad requiere un sistema de estratificación. En su opinión, el sistema de estratificación era una estructura, es decir, la estratificación no hacía referencia  a los individuos dentro del sistema de estratificación, sino a un sistema de posiciones. Se centraron en el modo en que ciertas posiciones les conferían  diferentes grados de prestigio y no en el modo en que los individuos llegaban a ocupar ciertas posiciones.
Así la cuestión funcional de mayor importancia es el modo en que una sociedad motiva y sitúa a las personas  en una posiciona <<apropiada>> en el sistema de estratificación. Esta cuestión se reduce a 2 problemas. Primero, ¿Cómo suscita una sociedad en los individuos <<apropiados>> el  deseo de ocupar ciertas posiciones? Segundo, una vez que las personas ocupan su posición adecuada, ¿Cómo suscita en ellas la sociedad el deseo de cumplir los requisitos de esas posiciones?
El problema del lugar social adecuado en la sociedad surge de 3  razones básicas. 1°.- la ocupación de ciertas posiciones es más agradable que otras. 2°.- ciertas posiciones son más importantes para la supervivencia de la sociedad que otras. 3°.- las distintas posiciones sociales requieren diferentes capacidades y aptitudes.
Aunque estas acciones afectan a todas posiciones sociales, Davis y Moore se centraron en las posiciones funcionalmente más importantes de la sociedad. Estas posiciones, que se sitúan en la parte superior del sistema de estratificación son, presumiblemente, las menos agradables, pero las más importantes para la supervivencia de la sociedad, y requieren la capacidad y la aptitud más competente. Además, la sociedad debe de comprender con recompensas satisfactorias a estas posiciones para que haya suficientes personas que quieran ocuparse y para que los individuos que llegue a ocuparlas cumplan con diligencias sus deberes. Lo contrario está implícito en el estudio de Davis y Moore, pero no lo analizaron. Es decir, las posiciones inferiores del sistema de estratificación son presumiblemente las más agradables y las menos importantes y requieren menos capacidad y talento. Asimismo, la sociedad tiene menos necesidad de asegurarse que los individuos ocupan estas posiciones y cumplen sus deberes con diligencia.
Davis y Moore no creían que la sociedad desarrollada consistentemente un sistema de estratificación con el fin de garantizar la ocupación y el cumplimiento adecuado de las posiciones más altas. Por el contrario especificaron que la estratificación era un <<mecanismo inconsciente desarrollado>> que, sin embargo, toda sociedad desarrolla  o debe desarrollar con el fin de sobrevivir.
Para garantizar que las personas ocupen las posiciones mas altas, la sociedad debe dar a los individuos que los ocupan diversos tipos de recompensas, como prestigio, salario alto y suficiente  ocio. Davis y Moore pensaban que no podemos esperar que las personas se embarquen en el largo y caro proceso de la carrera si no les ofrecemos suficientes recompensas, es decir, que las personas que están en las posiciones altas deben recibir las recompensas que merecen. En el caso de que estas posiciones no se ocupen, la sociedad corre peligro de desintegrarse.
La critica fundamental es que la teoría funcional de la estratificación perpetua la posición privilegiada de las personas que tiene poder, prestigio y dinero aduciendo  que estas personas merecen sus recompensas; de hecho necesitan  que se les ofrezcan esas recompensas para el bien de la sociedad. Esta teoría también ha sido criticada por suponer que por el simple hecho de que la estructura social estratificada  haya existido en el pasado, debe continuar existiendo en el futuro. Cabe dentro de lo posible que las sociedades futuras se organicen de otras maneras diferentes sin recurrir a la estratificación. Se ha señalado  que la idea de que las posiciones funcionales varían  de acuerdo con su importancia para la sociedad es difícil de sostener.

Muchas personas no pueden obtener la formación que se necesita para alcanzar posiciones prestigiosas, incluso aunque tengan aptitud. Por lo general, muchas personas capaces no tienen la oportunidad  de demostrar que pueden desempañar posiciones altas ni si quiera cuando existe una clara necesidad de que lo hagan. Aquellos que ocupan  esas posiciones altas están interesados en mantener su poder e ingresos altos. No tenemos la obligación  de ofrecer  a las personas poder, prestigio e ingresos para que sientan el deseo  de ocupar posiciones altas. Las personas pueden sentirse igualmente motivadas por la satisfacción de hacer bien su trabajo  o por la oportunidad  de servir a los demás. 

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